Hace unos dos años el Ayuntamiento de Barcelona elaboró un plan especial de renovación integral para el barrio de la Barceloneta que preveía, entre otras actuaciones, eliminar uno de cada cuatro minipisos, los conocidos como “quarts de casa”, para instalar en cada bloque un ascensor.
Tras este “plan de los ascensores” se esconde la voluntad del Ayuntamiento de transformar el barrio popular en un nuevo espacio residencial y turístico para la clase media alta mediante un proceso de gentrificación como el que se ha realizado en otros barrios céntricos de la ciudad. Este proceso acaba desplazando fuera a la población con menores recursos económicos ya que no pueden permitirse pagar los incrementos en los precios de alquiler o compra que conlleva la revalorización del barrio. El lugar que ocupa estratégicamente, entre la zona antigua del Gótico y el mar, no es por lo visto un lugar para pobres.
Actualmente el plan está aparcado porque la coyuntura económica no es la propicia para generar las plusvalías que prometía el proyecto. Sin embargo, no está derogado. Los vecinos están con las espadas en alto, temerosos de que cuando la crisis inmobiliaria acabe, se reactive el plan.
En el mes de febrero pasado realicé un curso de fotografía documental. Un sábado por la mañana los alumnos fuimos a la Barceloneta a realizar una sesión práctica. Las tres fotografías que aquí muestro fueron seleccionadas, junto con las de otras compañeras, para la exposición colectiva de fotografía del centro cívico Pati Llimona, en la calle Regomir, 3, Barcelona. Se exponen fotos muy interesantes, tanto de viajes y reportajes como artísticas y de autor. Tenéis tiempo hasta el día 18 de abril.
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