domingo, 21 de febrero de 2010
Completando la dieta
Atención: este post puede herir la sensibilidad de algunas personas.
No, ni me ha secuestrado la guerrilla de los Karen ni la de los nacionalistas chinos del Kuomington. Éste de la foto es Ajer (pronunciado “Adju”), el sobrino de Athu. Antes de que se nos echara encima la última noche en su pueblo, Athu me pidió que le acompañara a cazar un par de horas, con su sobrino y un grupo de chiquillos que nos seguía a todas partes.
Los Akha han sido y son también cazadores. Cazan lo que les sale al paso, desde pequeños pájaros hasta gatos salvajes, pues se lo comen todo y así completan su dieta con proteínas adicionales. Suelen cazar de noche, cuando más animales hay en la jungla, y sólo los hombres. Por eso los Akha creen, al contrario que nosotros, que la luna es varón y el sol hembra. Su instrumento principal de caza es una especie de arco que se tensa horizontalmente. Athu es uno de los pocos privilegiados que tiene escopeta y licencia de armas para cazar. El rifle de Athu pasa de mano en mano para practicar la puntería mientras no hay presas a la vista. Cuando me tocó mi turno, me sentí transportado a aquellas ferias de pueblo en las que los niños practicábamos la puntería sobre unas bolas blancas con escopeta de balines.
Pero a la hora de la verdad es Athu quien agarra el rifle, apunta con decisión y acribilla a una pobre ardilla.
Uno de los niños, cual perro sabueso, corre en su busca y la rescata de la maleza. La exhibe con orgullo como si fuera su propia presa.
A continuación Athu pasa el cuerpo inerte y ensangrentado por el rifle murmurando algo en su lengua. Me explica que el rito obliga a pedir perdón al espíritu del animal muerto mediante este gesto.
Al llegar a casa, ya entrada la noche, Athu ofrece el trofeo a su padre, de ochenta y siete años, quien, gozoso, no espera ni un minuto para encender un fuego y empezar a despellejar al animal. Buen provecho.
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2 comentarios:
Aiii Yo no sé si me podría comer un "bicho muerto recién matao"... Cuando mi padre vino de Venezuela trajo fotos de algunos "bichos" que comían allí y ufff... Este post me lo ha recordado... Espero que te gustara la experiencia!
Pues gustarme, gustarme, no estoy seguro si me gustó. Te he de decir que yo no probé bocado de ese bicho porque era pequeñito y el padre de Athu, el abuelete que sale en la foto, se lo comió todo él solito.
Hasta la vista y un fuerte abrazo !
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