miércoles, 24 de julio de 2013
Un zapatista en Barcelona - La mercantilización del conocimiento
Y dije pues que me hizo gracia ver a dos profesores de la Universidad Pompeu Fabra en la Junta Directiva del Círculo de Economía porque poco antes me fui a una acción solidaria con los estudiantes que protestan por la mercantilización del conocimiento que se está dando a marchas forzadas en toda Europa a partir sobre todo de lo que llaman “Plan Bolonia”, y allí me encontré con esta pancarta en la que la compañera alude irónicamente a la venta de esta Universidad al capital.
Hablé con los estudiantes y ellos me dijeron que fueron expulsados por la policía de varias universidades a golpes de porra y que eso no pasaba desde tiempos del dictador Franco. Y todo porque se oponen a este plan, que si uno lo lee puede ver que en efecto, se trata de convertir a la Universidad en un centro de reclutamiento de fuerza laboral para la empresa privada y por tanto se van a primar los estudios vinculados con las necesidades empresariales y es por eso que los estudiantes dicen, con razón, que la Universidad se vende al capitalismo, y no es una metáfora.
Se perdió pues la idea de un conocimiento independiente del poder, que por eso se dijo “universal”, pues no era particular de ningún interés. Y ahora pues lo que se enseñe en la universidad ya va a estar lastrado por esta sospecha y los estudios humanísticos van a acabar desapareciendo pues lo que ayude a pensar va a ser considerado directamente no productivo o anti-productivo, y por lo tanto prescindible, cuando no perjudicial, saboteador y terrorista.
Yo pues por eso me solidaricé con estos jóvenes y con sus ocupaciones en toda Europa de sus universidades y con sus manifestaciones, por un conocimiento independiente y un acceso libre y universal a ese conocimiento. Porque si no les apoyamos ahora, de aquí a unos añitos ya será más difícil salir de la prisión en la que se habrá convertido ya todito el mundo capitalista, donde todo ya será pura mercancía, hasta el conocimiento, y mandará el mercado en todo, es decir, los que lo controlan, los más ricos. Y si ya ahora cuesta abrir una pequeña ventana al exterior y respirar el aire fresco de otro mundo posible, imagínense nomás cuando todo a nuestro alrededor sea un muro macizo por el que no pueda colarse ni un hilillo de pensamiento libre.
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