Llevo unos meses colaborando con Podemos en Barcelona. He
participado activamente en el grupo de Municipalismo y en el de Derecho a
Decidir de la comisión de Contenidos. También he participado en las reuniones
de confluencia con Guanyem para validar un código ético conjunto.
Los/las compañeros/as que me conocen saben que me gusta la
transparencia total y la democracia radical y que siempre busco, en la medida
de lo posible, el consenso. Formé parte del grupo promotor de la candidatura
Barcelona Somos Tod@s – Barcelona Som Tothom, creada de la única forma que
concibo se puede crear una candidatura en este contexto, de forma transparente,
abierta y democrática. Trabajé con esta maravillosa gente durante los primeros
momentos, hasta darle forma y contenido, entre tod@s, al documento
político-organizativo. Luego di un paso atrás para dar más visibilidad a las
mujeres, pero les sigo apoyando plenamente. Ahora que me he quedado como
candidato individual no hago campaña, si alguien me vota será porque conoce
cómo trabajo y le gusta. Teniendo en cuenta que hay una lista que tiene el
apoyo explícito de Pablo Iglesias y que copa los 25 puestos vacantes, otra lista alternativa con muy buenas opciones y otras dos que también tienen sus
seguidores incondicionales, así como compañeros/as individuales de gran valía que
han hecho buenas campañas, con una altísima probabilidad un servidor no va a
salir elegido.
Pero sí quiero comentar por aquí dos cuestiones que ya tuve
ocasión de explicitar durante el debate de candidatos/as que hubo en el círculo
del Eixample. Tienen relación con lo que espero de las personas que formen el
futuro Consejo Ciudadano de Barcelona.
La primera es sobre la adecuación de los medios a los fines.
Mi experiencia me dice que la credibilidad de una opción política o social,
individual o colectiva, y la confianza asociada a esta credibilidad, se
consiguen más mediante la práctica, los medios, el “cómo”, que mediante el
discurso, los fines, el “qué”. Por eso es importante que los medios para
conseguir nuestros fines se alineen con los fines que predicamos.
-
si como fuerza política queremos más democracia y
participación en las instituciones, tenemos que propiciarla en nuestra
organización interna
-
si queremos más transparencia en la política, tenemos
que desarrollarla en nuestra comunicación interna
-
si queremos empoderar a la gente para que decida por sí
misma, tenemos que empezar por empoderar a nuestras bases, darles poder de
decisión y responsabilidades, a la gente y a los círculos
La segunda cuestión tiene que ver con la crítica interna.
Cualquier crítica que se haga desde el respeto, críticas constructivas,
honestas, aunque alguna vez se manifiesten con contundencia y pasión, debe
atenderse. No se puede catalogar como desleal este tipo de críticas. Más bien
al contrario, son una oportunidad para mejorar. Las organizaciones deben
evolucionar, cambiar constantemente, y para ello es necesario que en su seno
habiten opiniones diferentes y voces críticas. La pluralidad, la diversidad, el
cambio, son los motores de la evolución. Y qué mejor que esta crítica
constructiva para mostrar por dónde puede transitar el nuevo camino a recorrer.
Pido pues a los/las futuros consejeros/as de Podem Barcelona
que tengan presentes estas dos cuestiones. Solo así nos sentiremos cómodos
quienes hemos venido trabajando hasta ahora, y lo continuaremos haciendo. De
otra forma, nos iremos distanciando, el Consejo se quedará aislado y el
proyecto correrá el riesgo de paralizarse y no avanzar.
El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto, dijo
Pablo Iglesias, pero para asaltar el cielo hace falta quien apoye desde abajo,
“fent pinya” con fuerza e ilusión por sentirse partícipe del mismo proyecto, en
el caso que nos ocupa, recuperar Barcelona para la ciudadanía que la habita.
Porque si Barcelona somos tod@s, Podem Barcelona también tenemos que ser tod@s.